miércoles, febrero 23, 2011

LA MANZANITA DE ADÁN

MEMORIAS DEL MANATÍ

LA MANZANITA DE ADÁN






Nos dijeron en la misa que Dios hizo a la mujer por error: Seis días de trabajo lo habían agotado, tanto que se le olvidó colocar la última costilla al hombre y se le cayó una gota de sudor en el seco barro que aún tenía entre las manos, entonces, cansado del trabajo extremo, se resopló el cerquillo (porque en esos tiempos Dios usaba cerquillo) y, sin querer, parte de su aliento fue a parar a ese barro informe que más tarde tuvo forma y mal llamamos “Mujer”. La verdad, con la creación de ésta nos fregaron a todos nosotros, los hombres, porque, valgan verdades, si la mujer hubiese sido buena, Dios también tendría una, o ¿no?, Padre Raúl; nos dijeron en la iglesia que el día de la caída Dios pegó un grito al cielo, tan fuerte que a Adán, del susto, se le atascó en la garganta un pedazo de la manzana que la mujer le dio de comer.

_ Con ellas _ dijo molesto el Padre Raúl_ la caída fue eso, una caída y no un tropiezo como nos quieren hacer pensar los santos apóstoles.

Y, la verdad, tiene razón el Padre Raúl, ellas son nuestras “Caídas”, el prohibido fruto andante, la vil tentación hecho carne, la costilla sangrante que aún nos falta en el costado y el soplo restante que se le quedó al barbudo de Dios en el aire, dice, con mucha razón, el Padre Raúl, que cuando éstas silban hasta el diablo se divierte.

_ El Padre Raúl está en lo cierto_ dijo el “Mucharisa” esa mañana en el atrio del templo, con los ojos al borde del llanto_ La mujer, como los eclipses, los terremotos y los años bisiestos, fue un error que le costó caro al Señor, muy caro.

(Había leído a San Gabriel, esas eran sus palabras en uno de sus evangelios. Y sabíamos que lo decía por la Tola, pero nos hicimos los desentendidos, el “Mucharisa” lloraba por dentro).

_ Sí, por supuesto que tiene razón el Padre Raúl _ interrumpió el cerdo _ la tranquilidad del paraíso hubiera sido por siempre nuestra y ya no hubiera sido necesario la maldición del trabajo _ hablaba el cerdo tirado en el baldosa encerada del patio, con los brazos cruzados bajo la nuca.

_ El amor nos hace débiles, mientras la mujer se hace fuerte. ¿Quién realmente es el sexo débil? _ lanzó al aire esa pregunta el “Mucharisa”, con la voz entrecortada, sin hacerle caso al cerdo.

_ ¡Qué! ¿Cómo que quién? – “Perro flaco” no toleró tamaña desfachatez, le tocó la frente al “Mucharisa” por si lo tenía calenturada, pero no, no era ningún extraño delirio, no había síntoma de fiebre, ¿entonces?, tal vez el sol del mediodía, pensó, sí, debe haber sido eso lo que le ha sancochado las ideas, una insolación, sí, eso, una insolación que ampolló su cerebro, se decía el “Perro”. El cerdo se puso en pie y cogió del piso una piedra e hizo una señal para que todos cogieran otra y, luego, dijo:

_ El que en estos mismos instantes se halle limpio de pecado por amar a una mujer que lance la primera piedra.

Nadie lanzó. Las apretaron fuerte entre sus manos, con rabia loca, hasta hacerlas polvo, sí, fuerte, con furia intensa, y sólo cayeron al suelo polvo y unos cuantos lagrimones agrios.

_ Ahora ¿me entienden? _ preguntó el cerdo con un dolor de cuchillos en el pecho y los ojos casi rojos del llanto.

“El amor tiene esa cosas locas, a algunos nos redime, a otros nos condena”, hablaba entre parábolas el pseudo filósofo del Pueblo. Pero estábamos destrozados, nos habían deshojado el corazón, lo teníamos en la mano y con el alma pendiendo de un hilo, el amor había hecho estragos en nosotros y ni Dios, ni nadie, podía ya remediarlo. Rouss era la única esperanza que nos quedaba bajo la manga, pero temíamos que un solo error, uno solo y lo estropeará todo, y, ahí sí, definitivamente, se nos vendría el cielo abajo. Por eso preferíamos hasta hoy amarla en silencio, ni siquiera el Padre Raúl lo sabía, podíamos confesarle todo, confesar, por ejemplo, que dibujamos en el baño del templo una hostia enorme en forma de culo, que a Doña Flora, mientras dormía sus siesta, le hicimos bigotes y que nos tirábamos a escondidas el vino de la misa y, ebrios de desamor, meábamos sobre las bancas y los jarrones dibujando ese nombre hereje con letra corrida, todo podíamos confesarle, pero que la amábamos, eso no. El destino nos había sido desleal muchas veces como para creernos dueños del mundo, ya no creíamos en nadie, mucho menos en ellas, en las culpables de la manzana de Adán.

_ ¿Ni en Rouss?

La pregunta quedó flotando en la atmósfera en espera de que cualquiera la responda, no sabemos quién la hizo, pero nadie la absolvió. Ullon se fue por la tangente y habló que un manojo de paja en la mano del hombre es más fuerte que un roble, que la amistad entre nosotros, los parias de amor, debería ser igual a éstas y no como vasija de arcilla, no como jarrón de cristal, que al más leve golpe se quiebra, se hace añicos y sólo nos queda un sabor amargo en el alma, una sensación de vacío que por nada del mundo lo llena, decía el cerdo y filosofaba y filosofaba dando rienda suelta a su lengua que hablaba en parábolas y que nos tenía boquiabiertos con su perorata bendita que no sabemos de dónde, diablos, la sacó.

De repente:

_ Cría cuervos y te sacarán los ojos _ sentenció el “Mucharisa”, casi escupiendo esa frase y como saboreando sangre en el paladar a medida que la pronunciaba. al verle directo a los ojos, vimos que echaba chispas por éstos y sus manos, de pronto, hicieron dos puños. De pronto, hizo estallar un grito en su boca:

_ ¡No! Ni el amor, ni la amistad son ciertos ¿ O no, cerdo? _ miró de frente a las pupilas de Ullon, mandó un salivazo al suelo, como desafiándolo a muerte, y, sí, no podíamos equivocarnos, quería matarlo con los ojos.

Ullon había olvidado que tenía una cuenta pendiente con el “Mucha”, su maldita boca enredada de parábolas había encendido la mecha al hablar de amistad y la bomba de un viejo pleito estaba a punto de estallar. Sí, el cerdo al verle a los ojos los vio rojos del llanto y volvió a ver, otra vez esos mismos ojos llorosos de aquella mañana cuando le mintió en la cara que la gorda Vicky no iría a verlo a la plaza como habían quedado, porque había vuelto a enredarse en los entrampados brazos del “Zocotroco”, sí, lo recordó clarito, perfectamente, palabra tras palabra, y, recordó también que lo hizo sólo por querer sacar ventaja, para darse tiempo y ganarse de apoco el corazón adiposo de la gorda, y así tener entre sus manos sus rollizas formas, y, de repente, el fogonazo de otro recuerdo le iluminó otra vez la memoria y volvió a esa noche de luna cuando sus manos estaban apunto de apretar la voluminosa posadera de ella y sintió, de pronto, el roce de un puño que le raspó el gañote y, Diosito Santo, patitas para qué te quiero, voló más rápido que apurado y eso de que los chanchos no vuelan esa noche se vino a tierra, sí, y , una vez más, sintió, en ese segundo de recuerdos, las mortales cuchilladas de la angustia que había sentido, esa noche, al ser perseguido por esa sarta de enamoradizos vándalos avezados a disputarse a navajazos con quien sea el pringoso corazón de la gorda en celos; sí, Ullon, esa noche fue “fuga”, sólo dejó en su huida un rastro de polvo en el asfalto y un desesperado grito que ni recogió el viento, ya a salvo, aceptó que había perdido el adiposo corazón de la gorda Vicky y, sobre todo, la amistad de su primo, el “Mucha”, sangre de su sangre, carne de su carne, éste le miró, con un charco de odio en la mirada, se acercó lentamente hacia él y recordó las únicas palabras que salieron de la boca del puerco ese día como explicación: “Primo, descuida, no pasó nada y es que chancho con chancho no pega”.

_ Esta bien, deja de mirarme como si fuera una escoria.

_ ¡Cómo, diablos, quieres que te mire! _ se acercaba más y más el “Mucharisa”, con una cara de pocos, poquísimos amigos, mientras el cerdo retrocedía con un bolo de miedo atascado en al garganta.

_ Ya pagué todas mis culpas: La gringa Furch, Gloria “Cara de Ángel” y hasta la “Chata” Carmen, y encima tu desprecio que creo con eso ya fue más que suficiente, primo.

_ No me digas primo, no ensucies mi sangre _ se paró frente a sus narices _, no me importa cuántas veces le has dado vuelta al amor como un buitre, sólo sé que nunca tendrás a Rouss, nunca, porque allí yo estaré para evitarlo, ¿entiendes? Seré tu peor pesadilla.

Y dio media vuelta y se fue por el camino de esteros, bajo el sol del mediodía. Ullon quedó de una pieza, sus orejas habían oído clarito la amenaza final: “Seré tu peor pesadilla”. Vimos al “Mucharisa”, como nunca, largarse sin nada en la boca. Vomitó toda su cólera y no se tragó más su rabia, sus puños se deshicieron lentamente en palmas, es cierto, sus ojos se inundaron de llanto, pero la lava ardiente que le quemaba por años el pecho ya no estaba, sólo señales de humo que se elevaban al cielo. (Ese día entendimos que el “Mucha” sería la sombra del cerdo, adonde fuera éste, allí estaría aquél, esperando como lagarto a su presa, riendo como hiena herida, sí, allí estaría, acechando día y noche y, en el momento menos pensado, ¡fua!, sus zarpas, por la gorda, por Rouss, por todas, por cualquiera, con tal de aguarle al maldito puerco la fiesta, le clavaría hasta el centro.)

Es cierto, Dios, por ellas somos capaces de cualquier cosa, hasta de derrocarte a ti si así nos los pidieran, porque las mujeres son la manzanita de Adán que se quedó atascada en la garganta como una advertencia bíblica que podemos masticarlas, pero no pasarlas, ni con agua ni con saliva.

El Manatí.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Que bonita historia 😂😊👊👌💛💙

Unknown dijo...

las mujeres no fuimos las culpables de que no viviéramos en el paraíso .......como dice en la lectura nosotras somos ese pedazo de manzanita que se quedo en la garganta de adán .No somos un error ,no nos crearon por las puras ,ni porque DIOS estaba cansado y se olvido de ponerle la otra costilla al varón ,no !!!! ni porque DIOS se soplo el cerquillo y nos crearon .ESO ES UN CONCEPTO DEMASIADO "MACHISTA"

Unknown dijo...

las mujeres no somos un error en la vida de los hombres todo lo contrario LOS HOMBRES SON UN ERROR EN LA VIDA DE LAS MUJERES
-Jasmin Ismodes R.

Anónimo dijo...

LUKIK

Sofia Merino 😊👌💛 dijo...

💛No creo que la mujer sea un "error" que Dios lo hizo de casualidad , que cuando estaba cansado por EQUIVOCACIÓN la creo la mujer es muy importante para la vida del hombre TODOS nacemos de una mujer, tenemos una hermana,prima,abuela,etc......una mujer merece lo mismo que el hombre👊👊

Santino Rivera dijo...

Las mujeres no son un error xq ellas nos dieron la vida, y nos dan amor fraternal.

paolo huamani dijo...

yo tampoco creo que sea un error pero es bonita la historia saludos